Empezó siendo una necesidad y ahora es una realidad cada vez más afianzada. Hablamos del teletrabajo. Cuando unas semanas después del confinamiento nos dimos cuenta de que lo excepcional iba a durar más de lo que queríamos, muchas fueron las empresas que ofrecieron – y organizaron- el trabajo desde casa. Fue el momento de ir “parcheando”, y acondicionando todo para que el resultado fuera óptimo.
Ahora que ya esa situación provisional se ha convertido en la realidad de muchos trabajadores, es el momento de fijarnos en detalles que debemos tener en cuenta para que nuestro teletrabajo – y el rendimiento del mismo- sea el mejor posible.
Cuando hablamos de teletrabajo no solo lo hacemos de empresas – ya sean grandes compañías, administraciones públicas o pequeñas- sino también de personas que crean oportunidades de emprendimiento de pequeños negocios online y que han visto en esta situación una ocasión de iniciar una andadura en la red, que sea su trabajo habitual. Ese es el caso de la formación a distancia, el comercio electrónico, la creación de contenidos para webs y redes sociales…pero también profesiones que antes se hacían exclusivamente de manera presencial ahora pueden ejercerse también digitalmente, como es el caso de abogados o hasta entrenadores personales, sin olvidarnos de los youtubers o el periodismo.
Una vez que sabemos que nuestro trabajo – o gran parte de él- se va a realizar desde casa, debemos adecuar la zona de trabajo. La decoración que nos acompañe es muy importante. Debemos tener en cuenta que tanto la mesa en la que situemos el ordenador como la silla tienen que ser cómodas y tener la altura que se adapte a nosotros. Tanto si es una habitación como si se trata de un rincón de la casa lo que vamos a adaptar a espacio profesional, debemos tener mucho cuidado con lo que tenemos a nuestras espaldas. Hay que pensar que en más de una ocasión tendremos reuniones virtuales, por lo que vamos a dar muy mala imagen si lo que presentamos a nuestros compañeros, jefes o clientes es una habitación desordenada, la cocina o una cama sin hacer. Debemos procurar una decoración simple pero cargada de mensaje. Una estantería con libros es muy recomendable, así como algún cuadro nada estridente; una macetita también acompañará el escenario, aportando ese toque natural que siempre gusta.
La luz es muy importante. Preferiblemente debe ser natural, una ventana delante o en un de los lados de la mesa, con persiana y/o cortinas para ajustar la luz a cada momento; en cuanto a la iluminación artificial hay que hacerlo en toda la estancia, y no centrarnos solo en un foco dirigido al escritorio, porque aumenta la fatiga ocular. Buena ventilación y condiciones de calor y frío, según la época del año, harán que nuestra concentración en el trabajo sea óptima. Bajo la mesa y la silla no debe haber lío de cables que pongan en peligro nuestra propia seguridad. Y, por supuesto, la mesa debe tener unas medidas adecuadas a todo lo que vamos a necesitar en el desempeño de nuestra labor, carpeta de documentos, cubilete parra bolígrafos y marcadores, teléfono…
Pero no solo hay que tener acondicionada la estancia de trabajo con estos elementos. Un aspecto muy importante que no podemos dejar escapar es comprobar si el seguro de nuestro hogar cubre incidencias relacionadas con la actividad laboral que estamos desarrollando en ella. No es lo mismo contar con un seguro que nos cubre la rotura de la lavadora, un escape de agua o el cristal de la mesa, incidencias habituales en el hogar, que uno que disponga de otro tipo de coberturas.
Esos son los llamados seguros combinados de hogar y profesional, que tienen coberturas de material profesional, asistencia informática online, reposición de documentos y archivo, equipos ofimáticos y responsabilidad civil, entre otros. Para comprobar de lo que estamos hablando podemos acceder al siguiente enlace, donde encontramos toda la información para contratar el seguro que mejor se adapte a nuestras necesidades. Así, con este seguro están cubiertos la propia construcción, ya sea piso, casa adosada, unifamiliar, incluso caravanas, así como las instalaciones de agua, electricidad, calefacción… De igual modo, se cubren los elementos que estén en el interior tales como mobiliario, ajuar, electrodomésticos, objetos de valor, joyas y, por supuesto, los objetos de uso profesional. Este seguro es fácil de contratar, ya que es una única póliza; supone un considerable ahorro, al agrupar la actividad profesional y el hogar se abaratan los costes; se adapta totalmente a las necesidades profesionales y del hogar y, por último, pero no menos importante, ofrece beneficios fiscales al poder deducirse parte de la prima del seguro en la declaración de la renta.
El nuevo mundo nos hace estar hiperconectados y eso se nota en cada aspecto de la vida. El trabajo es uno de ellos, y debemos tener cubiertos todos los frentes que nos hagan desarrollar nuestra labor con seguridad, eficacia y profesionalidad.