Las mallorquinas son un tipo de contraventanas que se colocan por delante de los cristales y que cuentan con unas lamas que pueden ser fijas u orientables. Habitualmente estas contraventanas tienen un sistema de bisagras que permite una sencilla manipulación, aunque también las hay correderas. Las mallorquinas son una de las mejores alternativas a las persianas, ya que pueden cumplir todas las funciones de éstas. Te contamos los tipos que hay y cuáles son sus ventajas.
Tipos de mallorquinas
Según su modo de apertura las mallorquinas pueden ser:
- Abatibles: son el modelo más clásico de mallorquinas. Sus hojas se abren completamente hacia los lados gracias a un sistema de bisagras.
- Correderas: se deslizan hacia el lado gracias a unos carriles, por lo que son ideales para balcones.
- Correderas plegables: están formadas por varias hojas que se deslizan por un carril y se pliegan sobre sí mismas para ocupar poco espacio.
Según sus lamas, las mallorquinas pueden ser:
- De lama fija: las lamas que conforman la contraventana tienen una inclinación que no puede cambiarse.
- De lama orientable: estas mallorquinas cuentan con un sistema que permite regular la orientación de las lamas para que entre más o menos luz y aire. De esta manera, es posible cerrarlas completamente o dejarlas horizontales para que entre la mayor cantidad de luz posible. La regulación de las lamas se realiza habitualmente mediante una pequeña rueda manual, aunque también hay sistemas motorizados.
Por otro lado, si bien la mayor parte de las mallorquinas son rectangulares, pueden adaptar su forma a la de la ventana: círculo, semicírculo, triángulo, etc.
Materiales
Tradicionalmente las mallorquinas se elaboraban con madera pintada de algún color (verde, azul, marrón…). Sin embargo, hoy en día la mayoría de las mallorquinas se fabrican en aluminio o en PVC, ya que son materiales ligeros, resistentes, duraderos y que requieren un mantenimiento escaso. Habitualmente se suele recomendar el aluminio, ya que tiene las siguientes ventajas respecto al PVC:
- Se adapta a cualquier espacio: es un material muy maleable que permite darle la forma que necesita cada vivienda. Esto además contribuye a que su instalación sea más cómoda y rápida.
- Es más resistente y duro. Las mallorquinas de aluminio se deterioran menos que las de PVC, por lo que ofrecen un mejor aspecto durante más tiempo.
- Su estética es variada: el aluminio permite elegir entre una gran variedad de colores y acabados (p.ej. imitación madera).
Ventajas de las mallorquinas
Las mallorquinas tienen una gran cantidad de ventajas:
- Aíslan térmica y acústicamente el interior de la vivienda. Gracias al aislamiento térmico que proporcionan, las mallorquinas contribuyen a crear un hogar más eficiente energéticamente hablando.
- Dejan pasar la luz y el aire si sus lamas están abiertas.
- Son fáciles de abrir y cerrar.
- Añaden seguridad al hogar, ya que funcionan como una reja cuando están cerradas.
- Son muy resistentes a las inclemencias del tiempo. Además protegen a las ventanas en caso de lluvia o granizo.
- Las de PVC o aluminio son fáciles de mantener. Basta con limpiarlas con agua y jabón. Las de madera, al ser un material natural, requieren un mantenimiento más cuidadoso.
- Aportan intimidad pero sin frenar el paso del aire exterior.
- Si tienen lamas regulables, permiten controlar la cantidad de sol y de aire que entra en la casa.
- Son bonitas: hoy en día las mallorquinas también son un elemento estético de la fachada, ya que pueden fabricarse en diferentes colores, formas y materiales.