Las alfombras son muy útiles porque no sólo decoran y resultan atractivas, sino que mantienen caliente el suelo en el caso de que sea de un material frío. Sin embargo, también tienen un importante inconveniente: su dificultad para limpiarlas. Las alfombras (especialmente si son de pelo) acumulan mucho polvo que hay que eliminar continuamente y, si se manchan, es complicado hacer desaparecer las marcas. Te damos algunos consejos para que tu alfombra siempre luzca impecable.
Cómo limpiar la alfombra según el material
No todas las alfombras se pueden limpiar de la misma manera, ya que los materiales de las que están hechas exigen diferentes cuidados:
- Alfombras de algodón: si son pequeñas se pueden meter en la lavadora, siempre que el ciclo sea de agua fría y no se use blanqueador. Si es grande, lo mejor es quitarle el polvo con la aspiradora de forma regular.
- Alfombras de lana: acumulan mucho polvo, por lo que hay que aspirarlas al menos dos veces a la semana por las dos caras y sin cepillo, ya que éste desgasta los tejidos innecesariamente. Si es muy delicada se puede colgar y darle unos golpecitos con la escoba.
- Alfombras de pelo largo: por el tamaño de sus pelos acumulan mucho polvo y otras partículas de suciedad. Al igual que las de lana es recomendable limpiarlas dos veces por semana usando una aspiradora sin cepillo. También se pueden limpiar con una mezcla de 250 ml de agua y 50 ml de vinagre blanco. Este producto elimina gérmenes y desinfecta sin dejar olor después. Para usarlo no hay que empapar la alfombra, sino colgarla (mejor al aire libre), pulverizar la mezcla y golpearla para que caigan el polvo y la suciedad. Después hay que dejar que se seque.
- Alfombras de fibras sintéticas: se pueden aspirar o barrer con una escoba de cerdas media. Lo más importante es tener cuidado con los colores, por lo que se deben evitar las espumas o detergentes con cloro.
- Alfombras de fibras naturales: se pueden limpiar sacudiéndolas para desprender el polvo o utilizando la aspiradora con cepillo.
Además de seguir estos consejos es conveniente prestar atención a la etiqueta, en la que se suele incluir una serie de instrucciones sobre cómo limpiar la alfombra.
Cómo quitar diferentes manchas y olores
Cuando la alfombra se mancha lo más importante es actuar rápido, eliminando los restos con papel absorbente. Se debe limpiar del borde hacia el centro y nunca con una esponja muy mojada, ya que esto puede hacer que la mancha se extienda. Si se va a utilizar un producto quitamanchas, conviene probarlo antes en una zona no visible para ver si daña el tejido o el color. Otros trucos para manchas concretas son los siguientes:
- De vino tinto: se puede quitar frotando con agua con gas y extendiendo posteriormente una espuma limpiadora. También se pueden limpiar con detergente líquido suave aplicado en movimientos circulares o con una mezcla de vinagre y agua.
- De té o café: se limpian frotando la mancha con una mezcla de detergente neutro y vinagre blanco. Hay que tener cuidado de que el detergente usado no tenga blanqueantes. Esta mezcla también puede servir para manchas de jugos de fruta y salsas.
- De chicle: para que sea fácil de quitar hay que endurecerlo primero con un cubito de hielo.
- De tinta de bolígrafo: se puede eliminar con una mezcla elaborada con maicena y leche. Sólo hay que aplicar la pasta sólida sobre la mancha y dejarla reposar un par de horas. Después se cepillan los restos secos de la pasta.
- De barro: hay que dejar que se sequen y después cepillarlas.
Otros compuestos que pueden funcionar con diversas manchas son el agua oxigenada y el amoniaco. En el primer caso, el agua oxigenada se debe aplicar cuando la mancha esté húmeda, dejarla actuar y después secarla con papel de cocina o un trapo. En cuanto al amoniaco, hay que diluirlo en agua y aplicarlo sobre la alfombra con un vaporizador. Su olor desaparecerá cuando se seque.
Por otro lado, las alfombras con el paso de los años acumulan un olor desagradable. Para neutralizarlo basta con espolvorear sobre su superficie sal común, enrollando después la alfombra y dejándola actuar durante todo el día. Posteriormente sólo habrá que pasar la aspiradora para llevarse los restos de sal. Este truco también sirve para eliminar manchas de humedad.