Un estudio es un piso de escasas dimensiones que suele no tener paredes en toda su superficie salvo para separar el baño. La falta de espacio de estas viviendas ocasiona algunos problemas a sus inquilinos, aunque existen algunos trucos para aprovechar al máximo su potencial.
Consejos para el diseño de un estudio
Antes de mudarse y decorar el estudio, conviene pensar de qué manera se van a distribuir los espacios. Para organizar el estudio conviene seguir los siguientes consejos:
- Instala puertas correderas: en el caso de que el estudio tenga alguna puerta (por ejemplo la del baño), lo ideal es que sea corredera, ya que de esta manera quitará menos espacio que una puerta normal.
- Define con precisión los espacios: aunque en una sola habitación estén la cocina, el salón y la habitación, los espacios destinados a cada uso se pueden separar a través de cortinas o estanterías para otorgar cierta intimidad. Si se instalan cortinas o paneles móviles se podrán abrir en determinados momentos para dar sensación de amplitud.
- Piensa en vertical: en un estudio hay que diseñar en metros cúbicos y no sólo en metros cuadrados. Al haber poca superficie es esencial aprovechar las paredes hasta lo alto para crear espacios de almacenaje, librerías o incluso estancias a media altura.
- Si es posible, encarga muebles a medida para aprovechar al máximo el espacio disponible.
Consejos para decorar un estudio
- Pinta las paredes de color claro: las paredes claras potencian la luz natural que entra por las ventanas y hacen que las habitaciones parezcan más amplias. Por el contrario, los colores oscuros harán que los espacios parezcan más pequeños.
- Amuebla con lo imprescindible: no conviene sobrecargar el espacio.
- Elige muebles versátiles: los muebles que tienen más de un uso ahorran espacio. Por ejemplo, si se instala un sofá cama, durante el día servirá para ver la tele o leer y por la noche para dormir. En la medida de lo posible hay que intentar también que los muebles sirvan para almacenar cosas.
- Utiliza muebles apilables o plegables: sillas que se doblan, mesas nido, taburetes amontonados… Hoy en día los catálogos de las tiendas de mobiliario están llenas de piezas que se pueden apilar o plegar para que ocupen el mínimo espacio posible. Por ejemplo, cuatro taburetes amontonados ocuparán el mismo espacio que una silla normal, y una mesa plegable se puede esconder bajo la cama.
- Pon un espejo para que la estancia parezca más amplia.
- Multiplica la luz natural: para ello no selecciones cortinas oscuras y pesadas sino visillos livianos o estores en color claro.
- Decora con objetos útiles: ya que el espacio es reducido, no es la mejor idea llenarlo de elementos decorativos bonitos pero poco prácticos. Lo mejor es aprovechar aquello que se va a usar diariamente para que aporte estética al espacio. Por ejemplo, se pueden colgar de las paredes tazas o instrumentos musicales.
- Elije las lámparas adecuadas: si falta espacio se deben evitar los modelos de pie y apostar por focos, plafones, apliques y lámparas de sobremesa.
Ventajas de los estudios
Cuando se piensa en un estudio habitualmente vienen a la mente sus dos principales inconvenientes: su espacio reducido (que impide guardar muchas cosas o recibir visitas) y la falta de intimidad que ocasiona la inexistencia de divisiones. No obstante, los estudios también tienen algunas ventajas:
- Es un tipo de vivienda bastante económico, ideal para estudiantes o gente joven que acaba de comenzar a trabajar.
- Al ser pequeño requiere de poco esfuerzo para limpiarlo y recogerlo, por lo que es perfecto para aquellas personas que no tienen tiempo de ocuparse de su vivienda.
- Al estar ocupados en su mayoría por gente joven, los edificios con estudios pueden servir para hacer amigos y contar con gente en el caso de que surja alguna necesidad.
Como puedes ver, la falta de espacio de un estudio no tiene por qué ser un problema. Basta con ser ingenioso y aprovechar al máximo el potencial de sus escasos metros cuadrados.