Los estores son una alternativa a las tradicionales cortinas. Son muy útiles para aprovechar el espacio situado bajo las ventanas, ya que las cortinas largas impiden colocar ningún mueble en ese espacio. En función de la cantidad de luz que queremos que entre en la habitación y del tipo de ventana que tengamos se pueden elegir distintos modelos. Sus mecanismos y telas permiten adaptarlos a cualquier decoración
Tipos de estores
- Enrollables: funcionan con un tubo colocado en la parte superior alrededor del cual se enrolla la tela al accionar la cadena. Pueden funcionar de forma manual o motorizada. Según el tejido y el grado de luz que dejan pasar, estos estores pueden ser:
- Traslúcidos: dejan pasar la luz natural tamizada. Distorsionan los rayos del sol para que no entren directos a la habitación pero la iluminen. Cuanto más claro es el color, más luz entrará.
- Opacos: no dejan pasar la luz. Se usan como sustitutos de las persianas.
- De tejido screen: elaborados a base de poliéster o fibra de vidrio, actúan como una pantalla. Permiten ver el exterior sin ser vistos desde allí. Su trama -expresada en tantos por ciento- puede ser más o menos traslúcida o incluso opaca. Sus materiales son ignífugos y antihumedad y repelen el polvo.
- Noche y día: se fabrican con dos tejidos colocados uno frente al otro. Estos tejidos combina franjas opacas o traslúcidas que, al combinarse, gradúan la cantidad de luz que queremos que entre en la habitación.
- De guías: son un tipo de estor enrollable con un perfil inferior conducido en los extremos por unas guías o cables tensados. Están indicados para ventanas inclinadas como las que hay en buhardillas y techos.
- Plegables: se confeccionan combinando el tejido con varillas horizontales. De esta manera, se facilita el movimiento simétrico de la tela a través de unas cintas. Permiten plegarlos por secciones de forma más rígida que los paquetos.
- Paqueto: son similares a los plegables pero no poseen varillas. Se recogen con un juego de cuerdas anclado a la parte baja y atravesado por anillas cosidas. La ausencia de varillas permite que los pliegues de la tela sean más naturales.
Algunos aspectos a tener en cuenta
A la hora de elegir la tela hay que tener en cuenta el tipo de estor del que se trata, además de la facilidad para lavarla. Los mejores son aquellos que combinan poliéster y algodón o lino, ya que son tejidos lavables que no necesitan plancha. Los visillos también son una buena opción si quieres que entre la luz. No obstante, los visillos no se deben colocar en un estor con varillas, ya que éstas podrían rasgar la tela. Por su parte, los enrollables deben ser de una tela con terminación rígida (tipo PVC) o encerados, para facilitar su recogida.
En habitaciones infantiles es importante tener en cuenta la altura a la que se coloca la cuerda que activa el mecanismo del estor. Conviene que esté fuera del alcance de los niños para evitar que puedan tirar de ella y romperla.
Por otro lado, para grandes ventanales lo mejor es colocar varios estores en lugar de uno solo grande. La principal razón es que un solo estor sería demasiado difícil de manejar por su longitud. Además, si se colocan varios estores, se pueden dejar unos subidos y otros bajados para controlar de forma más precisa la cantidad de luz. También conviene elegir telas que pesen poco.
Por último, que las ventanas se abran hacia dentro no debe suponer un problema para colocar un estor. Lo único que hay que hacer es dejar un espacio suficiente entre el techo y el marco superior de la ventana para que pueda abrirse sin problemas el cristal cuando esté plegado el estor.