Con la llegada del 31 de octubre, los niños se disfrazan y salen a la calle para pedir chucherías y pasar una noche repleta de fantasmas y brujas. Si bien la tradición procede de EEUU, en los últimos años se ha ido expandiendo por España y cada vez es más común ver algunas casas decoradas con elementos propios de la fiesta. Si aún no sabes cómo decorar el interior o el exterior de tu casa, te damos algunas ideas para que crees tus propios accesorios.
Puertas y ventanas
Para dar la bienvenida a un hogar siniestro nada mejor que decorar la puerta de forma tétrica. Para ello se pueden colgar coronas –como las de flores- elaboradas con distintos materiales. Por ejemplo, se puede fabricar una con diversas pelotas de ping pong a las que se les pinta un punto negro, de manera que parezcan un montón de ojos que observan a quién se acerca. Otra opción es elaborar la corona con ramas secas y decorarla con bichos o serpientes de juguete.
Si la puerta es blanca, decorarla puede ser tan sencillo como colocar unos ojos y una boca con sonrisa siniestra de cartulina negra. Otra opción más tradicional es decorar la puerta con arañas e hilos blancos.
Las ventanas también pueden ser un escaparate para la decoración, especialmente en casas a pie de calle. Basta con colocar unas siluetas de cartulina negra y cubrirlas por dentro de la vivienda con una tela naranja. Al encender la luz, se iluminará la tela naranja y se verán las siluetas recortadas. Otra opción es pintarse las manos de rojo y dejar la huella en el cristal como si se tratase de palmas ensangrentadas.
Ideas para el jardín o el porche
En el jardín no pueden faltar las tradicionales calabazas talladas en las que se meten velas. De esta manera se iluminará de forma siniestra la entrada de casa. Si no tienes calabaza, se pueden utilizar grandes botes de detergente blancos. Sólo hay que pintarles las caras con rotuladores indelebles y recortarles la base para poder colocarlos encima de las velas.
Otra idea para el exterior es colocar unas sábanas blancas raídas con unos ojos dibujados sobre unos globos colgados. De esta manera parecerá que los fantasmas están flotando. Si tienes árboles, también se pueden colgar de ellos unos murciélagos hechos con cartulina.
Adornos para colgar
Nada mejor que unas guirnaldas atravesando la habitación de punta a punta para crear ambiente. Se pueden usar banderillas caracterizadas como monstruos, murciélagos, fantasmas… Del techo también se pueden colgar gorros de bruja y, para completar el efecto, se puede dejar una escoba ‘olvidada’ en un rincón.
Otra buena opción es utilizar las lámparas para colgar adornos: cuchillos falsos ensangrentados, hojas de árbol pintadas de blanco como si fueran fantasmas, cartones de huevo pintados de negro con ojos saltones para que parezcan murciélagos… Las posibilidades son infinitas.
Adornos para las paredes
Adornar las paredes es lo más sencillo de todo. Sólo hay que dibujar y recortar todo tipo de siluetas tenebrosas e iluminarlas correctamente para que el efecto sea mayor. También se puede hacer una telaraña con hilo de forma muy sencilla: basta con poner unas puntillas que sujeten los hilos de los radios de la telaraña y después ir anudando a éstos los demás.
En el caso de tener chimenea, se pueden introducir en ella unas calabazas iluminadas o unas piernas falsas para que parezca que alguien está entrando en la casa.
Ideas para la mesa
Lo ideal para una cena de Halloween es decorar la mesa con centros de motivos tenebrosos: pequeñas calabazas talladas, manos de esqueleto, murciélagos, etc. Cenar a oscuras le dará un toque tétrico a la velada, aunque para esto hace falta iluminar de alguna forma los platos. Lo más ideal es situar conjuntos de velas blancas en el centro. Estas velas pueden colocarse desnudas sobre la mesa o meterse en pequeñas calabazas.
En cuanto a las sillas, se pueden cubrir con telas blancas a las que se dibujen o cosan unos ojos negros. De esta manera, dará la sensación de que la mesa está rodeada de fantasmas.
Son muchas las opciones para decorar la casa en Halloween, en función del ambiente que se busque. Basta con un poco de maña e imaginación para convertir unos pocos materiales y objetos cotidianos en adornos de miedo.