Estás viendo una peli cuyo escenario es un amplio loft neoyorkino, ubicado en una antigua fábrica. No hay tabiques que separen el espacio. Se trata de una sala muy amplia, con un sofá en el centro, una bicicleta apoyada en la pared, la cocina a un lado, y en otro lateral, la cama con enormes almohadones. En ese momento piensas “… ¿y si hago reforma y elimino las paredes?” Todo es fantástico, pero…efectivamente, es un decorado.
Y es que, el Open Concept u Open Space está ocupando cada vez más protagonismo en las viviendas actuales, pero, hay que pararse a pensar en todas las ventajas e inconvenientes antes de afrontar la aventura de vivir sin paredes.
Sin lugar a dudas y si hacemos una lista de los pros y los contras que nos ofrecen, el número de ventajas supera el de inconvenientes; para empezar, la distribución del espacio y la movilidad que ganamos en la sala son indudables. Pero la mayor de sus ventajas es la luminosidad que aporta a la vivienda. Porque la luz natural que entra por las ventanas no encuentra obstáculo en forma de tabique que impida ese paso hacia toda la estancia. Esa luz se multiplica también si las oquedades exteriores son varias y no hablemos si disponemos de grandes ventanales. Toda esa luz nos hace poder jugar con las atmosferas, a través de estores, visillos o cortinas y, sobre todo, dan luz y ventilación a estancias que, en origen, no contaban con ventanas.
Pero también es cierto que, eliminar absolutamente todos los tabiques quizá no sea totalmente operativo. Pensemos en la unión de cocina y dormitorio…por eso, una de las tendencias más desarrolladas es la de eliminar tabiques convirtiendo en estancias únicas, elementos que generan mucho tránsito entre ellos. Hablamos de la cocina y el salón o el dormitorio y el vestidor. Así, no es raro encontrar viviendas en las que se opta por esta posibilidad.
Centrémonos en la primera opción. Un salón y una cocina contiguos. ¿Por qué no unirlos? Si tenemos hijos pequeños, nos da la tranquilidad de poder estar atentos a lo que hacen o ven en la tele mientras estamos en la cocina; si son mayores o tenemos invitados en casa, no rompemos la reunión mientras vamos a la cocina a terminar de preparar esos platos suculentos que habremos dispuesto para la cita, se mantiene la sociabilización. Sin embargo…hemos de pensar muy bien las consecuencias de esta total conexión…los olores de la cocina pasarán fácilmente al salón, la grasa que se desprende de los fogones no será complicado que se encuentre en algunos muebles de la sala principal de la casa y, por supuesto, siempre deberemos mantener un orden exquisito en la cocina. Todo esto lo podemos mitigar si optamos por colocar unas puertas correderas que aíslen ambas estancias cuando así lo requiramos.
En el dormitorio, la privacidad se pierde si eliminamos los tabiques y dejamos total conexión con el resto de la casa. En estos casos, es tendencia solo quitar la separación con el vestidor. Si, tendremos que cuidar el orden y no dejar la ropa de cualquier manera guardada, pero la sensación de unidad es genial.
En todos los casos de Open Concept podemos jugar con la decoración. Esa unidad de espacios nos lleva a dejar volar la imaginación y transformar nuestro hogar en un lugar casi de exposición. Si contamos con techos altos, ¿por qué no ubicar el dormitorio por encima del nivel del piso? Las escaleras de acceso nos pueden servir de estantería o mueble con almacenaje. Mantenemos la idea de la unidad de espacios, pero creamos privacidad.
Pero sin lugar a dudas, además de tener una casa cómoda y acogedora, también buscamos darle un estilo inconfundible y hacerla muy atractiva. El hecho de que el espacio sea único no tiene porqué significar que el ambiente y la decoración también lo sean. Para conseguirlo, podemos jugar con cambios en el suelo, la pintura o el revestimiento. Si queremos mantener el mismo suelo en toda la casa hemos de tener en cuenta que sea resistente, especialmente en la zona de la cocina. Para delimitar espacios podemos jugar con la colocación de alfombras de diversos colores que combinen con el mobiliario y, de igual modo, hacerlas combinar con el resto de textiles, cojines, sofás, almohadones…Para la pared, podemos alternar el ladrillo visto con pintura de colores neutros.
La distribución del mobiliario debe contribuir a facilitar la movilidad. Si ubicamos muebles pegados a la pared se crean pasillos por los que desplazarnos de un espacio a otro. Para aprovechar cada centímetro, podemos colocar en la pared módulos independientes que sirvan de almacenaje de los objetos y elementos más necesarios, pero que su vista- siempre ordenada, eso sí- cumpla función de decoración. Busquemos la separación a través de puertas de cristal, que dejan pasar la luz y amplían la visualización de la estancia creando sensación de amplitud, u optemos por puertas correderas que se plieguen o se abran según la necesidad de la situación y el momento.
Como últimas recomendaciones, si ya tienes casa y lo que vas a hacer es reformarla para convertirla en un espacio abierto, debes tener en cuenta que has de solicitar los permisos pertinentes, tanto en el ayuntamiento –en forma de licencia de obra- como a la comunidad de vecinos. Y, ante la duda, acude a profesionales que te aconsejarán cómo realizar ese cambio en tu hogar y te guiarán en tu elección de distribución y decoración.
Con todo esto, disfruta de tu nuevo hogar, y haz de él tu refugio y el espacio de convivencia perfecto.