A la hora de dar el gran paso que supone comprar una vivienda hay que tener muchas cosas en cuenta como cuánto nos podemos gastar, en qué zona queremos vivir, qué tipo de hogar estamos buscando o si el banco nos va a dar la hipoteca que queremos. Son múltiples dudas las que llenarán nuestras cabezas en un momento clave de nuestra existencia ya que en esa vivienda pasaremos una gran cantidad de años e incluso puede que toda nuestra vida
¿Quién no se ha imaginado en una vivienda nueva cuándo al dar un paseo se encuentra con un cartel de “se vende”? Es una etapa ilusionante. Pensar en qué zona queremos vivir, si necesitamos una casa con jardín y piscina en las afueras o un céntrico piso, el número de habitaciones, si el garaje es indispensable o no… Ilusionante, sí, pero también abrumador ya que mientras decides todo tu vida no para. Por ello es mejor marcarnos un camino a seguir que nos guíe a través del viaje que vamos a iniciar: comprar una vivienda.
Lo más recomendable cuando se decide comprar una casa o piso, antes de empezar a buscar y visitar viviendas, es tener claro cuáles son los números a nivel económico ya que en base a esto, podremos tomar unas decisiones u otras. Este es el primer paso de todos ya que una vez tengamos claro de qué posibilidades disponemos, todo empezará a rodar y nos será mucho más fácil y menos frustrante encontrar una vivienda que se amolde a nuestras características y necesidades.
GASTOS EXTRA Y LA NUEVA LEY HIPOTECARIA
Lo primero que debemos saber es que es muy recomendable contar con ahorros antes de adquirir un inmueble. Hay veces que los bancos ofrecen una hipoteca sobre el valor total de la vivienda pero en la mayoría de los casos no es así y suelen cubrir únicamente entre alrededor del 90% de su valoración, por lo que la cantidad restante deberíamos poder cubrirla nosotros mismos si finalmente nos decidimos a comprar. También hay que tener en cuenta los gastos de la compraventa, el contrato de arras, en el que se dará un anticipo a modo de señal, y los gastos de escritura
En este punto, debemos conocer qué ha cambiado con la nueva ley hipotecaria que entró en vigor el pasado mes de junio. Se trata de una normativa que endurecerá todavía más el acceso a una hipoteca para los clientes jóvenes y también a los de rentas más bajas. La nueva ley exige un estudio de mayor profundidad sobre la solvencia de los compradores y también encarecerá los préstamos. Por otra parte, también hay noticias positivas para el cliente ya que la ley obliga a los bancos a hacerse cargo de gran parte de los costes hipotecarios y a reducir las comisiones o ampliar el tiempo para recuperar la deuda en caso de impago.
Una vez tengamos claros estos gastos, el siguiente paso será visitar el banco para saber si nos pueden conceder una hipoteca y por qué cantidad. Para que esto suceda, deberemos poseer un buen perfil económico, que variará dependiendo del tipo de contrato profesional que tengamos o de si tenemos algún tipo de deuda o préstamo personal, además deberemos aportar nuestra fe de vida laboral. A partir de este momento podremos definir cuál es nuestra realidad económica y decidir cuánto dinero vamos a invertir para adquirir la vivienda.
QUÉ TIPO DE VIVIENDA NECESITAS
Con los números aclarados, es el momento de empezar a ver viviendas. Es algo que podemos realizar en solitario, a través de internet mediante una agencia o con la ayuda de un profesional a través de una inmobiliaria, lo que nos facilitará en gran manera nuestra búsqueda. Debemos decidir qué estamos buscando, un piso, una casa, un apartamento, un bajo, si queremos jardín o nos llena más la idea de un ático con buenas vistas… Y las zonas en las que nos gustaría vivir. Con esas dos premisas claras, acotaremos mucho nuestro objetivo y llegará el siguiente paso: visitar la vivienda.
El vendedor puede ser un particular, una promotora o incluso un banco. A la hora de realizar visitas, es muy recomendable ir acompañado pues así podréis fijaros en más detalles que si se realiza la visita en solitario. También se debe ver la zona en la que se ubica la vivienda o la comunidad en caso de tratarse de un piso, y hacer todas las preguntas que se nos ocurran para que al finalizar la inspección no nos hayamos quedado con ninguna duda.
Una vez preseleccionadas las viviendas que más nos gusten, habrá que comprobar que todo esté en orden. Es decir, que los papeles sean correctos, que la vivienda esté libre de cargas hipotecarias, algo que podemos conocer de forma fácil y fidedigna a través de la solicitud de la nota simple en el registro de la propiedad correspondiente, con la que conoceremos el estado financiero de la vivienda. Una vez comprobado que todo está en orden, podremos decidirnos por el que será nuestro nuevo hogar y realizar un pago en forma de señal o reserva para iniciar posteriormente los tramites de compra con el banco.