Los hogares perfectamente ordenados, recogidos y tranquilos, son algo del pasado en cuanto un bebé comienza a gatear por cada uno de sus rincones. Estos ‘pequeños terremotos’ que crecen a pasos agigantados, requieren de espacios que, al igual que ellos, vayan adaptándose y transformándose. Sin embargo, no siempre es sencillo saber cómo adaptar los espacios dedicados a los más pequeños a las viviendas actuales.
Zona de juegos, ¿dónde y cómo organizarla?
Que siempre haya algunos juguetes esparcidos por las distintas estancias de la casa parece algo inevitable cuando se tienen niños pequeños. No obstante, contar con una zona dedicada especialmente al juego, puede ayudar a los niños a delimitar este espacio como el lugar en el que vivir sus grandes aventuras, evitando desordenar otras habitaciones.
Aunque se disponga de poco espacio, o no se tenga una estancia específica para convertirla en cuarto de los juguetes, existen muchas ideas y posibilidades para crear una zona de juegos organizada en cualquier lugar.
Probablemente, la zona de juegos se convierta en el espacio favorito de los niños, ya que será aquí donde más cómodos y seguros se sientan. Tal y como si fuesen los dueños de esta pequeña o gran zona llena de colores y juguetes. Por tanto, es un espacio ideal para fomentar la seguridad, el aprendizaje y la diversión de los peques. Aunque como decimos, no se tiene porqué contar con un espacio en concreto con la única función de área de juegos. Con un poco de creatividad todo es posible.
Un espacio recreativo dentro del dormitorio
Cuando se tiene poco espacio para dedicar una habitación exclusivamente al juego, la mejor parte de la casa para ello puede ser el dormitorio.
Si crees que esta zona también es demasiado pequeña, no te preocupes, siempre se puede organizar para dejar al menos un rincón libre. Una de las mejores formas de conseguirlo es pegar la cama a una de las paredes, o aprovechar las paredes del dormitorio y las zonas altas para colocar organizadores, muebles o estanterías.
La idea es delimitar como sea la zona de juego, del resto de la habitación. Para ello, puede pintarse alguna parte de la pared de un color diferente, pegar un vinilo o colocar una bonita alfombra. Y para completar, ¿qué tal colocar una pizarra en la pared para fomentar la imaginación y la creatividad? Pintar una pared con pintura de pizarra también es una forma de delimitar la zona de dibujo, y no encontrarse obras de arte en el resto de paredes de la casa. También se puede añadir
una pequeña mesa con accesorios de escritorio, sillas y cestas.
Cabañas y tiendas indias que crean mundos de fantasía
Cuando somos pequeños, una de nuestras actividades favoritas es imaginarnos mundos llenos de seres fantásticos y magia, en los que todo parece un sueño. Precisamente para fomentar esto, podemos instalar en la zona de juegos una pequeña cabaña o ‘tipi’ indio. O incluso el interior de estas cabañas de madera, o tiendas de tela, pueden servir para albergar esta zona de juego que comentamos. Además, pueden colocarse en cualquier zona de la casa, incluso en un pasillo ancho o en una esquina del salón.
Los hay de todos los tipos, tamaños y colores, y pueden servir para guardar sus juguetes favoritos, dibujar, leer, o simplemente tumbarse con los pies fuera y mirar al techo. ¿Qué más se necesita cuando se es pequeño?
Aunque actualmente se encuentren en multitud de tiendas especializadas en decoración y dormitorios infantiles, o en grandes portales digitales de compra, también es posible hacerlas uno mismo con imaginación, un poco de paciencia y materiales tan sencillos como unas cuantas maderas, un poco de tela y algunos tornillos. Si quieres algunas ideas para inspirarte, nada como echar un vistazo en internet.
Otra forma de recrear un pequeño mundo de fantasía y juegos es amueblar una zona de la casa con mobiliario en miniatura: Poner una cocinita, una mesa diminuta con sus sillas respectivas, organizadores de juguetes, incluso pequeños cuadros o mini decoraciones. Aunque finalmente a nosotros nos pueda parecer un lugar muy pequeño, no hay que olvidar que los niños también lo son.
Consejos para organizar la zona de juegos
Si el desorden ha llegado al límite de la paciencia de los padres, es el momento de actuar. Siguiendo unos pocos consejos es posible mejorar notablemente en este aspecto, y conseguir que los niños poco a poco aprendan a organizar y ordenar sus cosas.
El método de Marie Kondo
La gurú del orden está de moda, y es que todo el mundo habla de sus métodos infalibles para lograr una casa ordenada, en armoní ¿Funciona también con niños? La mejor forma de comprobarlo es llevándolo a la práctica. Pera y feliz. Hay que tener en cuenta que Kondo es madre de dos niñas pequeñas, y precisamente esto fue lo que le hizo buscar el orden en su vida y en la de su familia.
La primera regla de oro de la japonesa Marie Kondo es que sólo debemos guardar aquello que nos haga felices. Aplicado al mundo de los niños, hay que deshacerse de todas esos juguetes con los que no juegan y de toda la ropa que no le venga. Ante la duda de si se necesita o no algo, seguramente la respuesta sea que no. Como los niños son de cansarse rápido de las cosas, pueden guardarse algunos juguetes para ir cambiándolos de vez en cuando.
Ordenar por categorías, y no por habitaciones, es otra de las fórmulas del método Kondo. Puede empezarse por poner en orden las cómodas y armarios, seguir por los libros, los juguetes, adornos, y finalmente los objetos con cierto valor sentimental como fotos, cartas, dibujos u otros recuerdos.
De la misma manera, puede ser una buena idea decirles que recojan y ordenen por categorías (juguetes, ropa…) y no por habitaciones.
Para facilitar la tarea de recoger, tanto a padres, como niños, lo mejor es optar por la sencillez: Tener pocas cosas, bien organizadas, y a la vista. Tener todo bien organizado y fácil de encontrar con la vista, no sólo hace que las casas estén siempre mejor ordenadas, también ahorra mucho tiempo.
Una idea para fomentar la autonomía del niño para vestirse o recoger, puede ser colocar sus libros, juguetes, e incluso la ropa, a una altura a la que alcance para poder guardarlos y organizarlos. Por ejemplo, puede ponerse una estantería baja, o un armario para niños. En los armario empotrados puede ponerse una barra en la zona inferior, y luego quitarla o subirla conforme vayan creciendo.
Para aprovechar mejor el espacio de los cajones, Marie Kondo propone doblar la ropa de forma vertical, formando rectángulos con la ropa hasta que al apoyarse las prendas se mantengan de pie. Para guardar bolsos o mochilas, lo mejor es meter unos dentro de otros.
Por otro lado, al contrario de lo que se ha dicho hasta ahora, mejor evitar soluciones de almacenaje comunes, como los grandes carritos con cajones en los que cabe de todo. Y precisamente, ahí está el problema. Y es que al final estos cajones se utilizan para echar en ellos todos los cacharros y juguetes que no sabemos donde meter, y que luego nunca encontramos. En su lugar, se pueden utilizar cajas de zapatos para clasificar y guardar objetos, o incluso rollos de papel higiénico a modo de lapiceros o cajitas.