El baño es la estancia más importante de la vivienda. Todos los días la usamos. Nuestro día empieza en él y, en muchas ocasiones, también termina. Por lo tanto, debe estar preparado para que la limpieza y el orden sean fáciles de conseguir. Para ello, debemos decorarlo con elementos que aporten lo necesario para conseguir que cada cosa esté en su lugar, cercano aquello que sea de uso diario, y guardado pero de accesibilidad rápida, los productos y objetos que solo se usen de vez en cuando.
Partiendo de estas premisas debemos seguir un consejo, de los más aportados por los interioristas actuales. Huyamos de las tendencias pasajeras. El baño no es una habitación en la que cambiando el mobiliario de lugar se cambia de imagen, por lo tanto, sin perder el estilo, seamos pragmáticos y pensemos bien cada decisión que tomamos.
Hay detalles que podemos determinar desde el principio, sobre todo en baños grandes y si van a ser compartidos por dos personas, y es la elección de uno o dos lavabos. Sin duda, con el estilo de vida que llevamos, siempre corriendo, coincidiendo, en muchos casos, en horarios, la mejor opción es el doble lavamanos. Pero no siempre es posible, por cuestión de espacio o, simplemente, porque queremos mantener nuestra intimidad. En esos casos, un solo lavabo es la opción. En cuanto a las formas, los lavamanos de cerámica murales son los más comunes, se empotran en la pared y no necesitan soporte como mesa o similar. Baratos y fáciles de instalar suelen ser los más habituales. También son comunes lo de tipo encimera, asentados sobre un mueble, dando la sensación de que son barreños que se pueden separar de la mesa. Diferentes materiales, colores y formas están permitidos. El mármol, el ónix, la resina, la madera de bambú son los más habituales, para lavabos blancos, verdes botella, negros, terracota, ladrillo, burdeos y berenjena…con formas rectangulares, ovales, redondos o cuadrados. De nuevo las dimensiones del baño marcarán la decisión.
Para la grifería, tanto en el lavabo como en la bañera, los metales como el oro, el cobre o los plateados de toda la vida siguen estando vigentes.
Y, hablando de bañeras…ese lugar en el que relajarse cuando acaba el día, o en un fin de semana en el que la única ocupación es esperar que llegue el lunes…La variedad infinita de formas, materiales, medidas, colores y sistemas de instalación hace que sea muy difícil no encontrar la que se ajuste a nuestro presupuesto, las dimensiones de nuestro baño y nuestras propias circunstancias. Bañeras en el suelo, con burbujas, duchas de hidromasaje…
Pero, demos un salto más. Si somos auténticos sibaritas, convirtamos nuestro baño en un spa. Para ello, comencemos porque el blanco sea el color dominante en suelo, paredes y techo, sea cual sea el material del que estén revestidos. Lo ideal es disponer de luz natural pero, si no es así, la iluminación no debe estar centrada solo en espejo y focos en el techo, la zona de la bañera también deberá disponer de un punto de luz; incluso podemos optar por regular la iluminación y bajar la intensidad cuando vayamos a tomar un baño relajante. Debemos pensar en tener música de fondo, toallas suaves y esponjosas, algún aroma exótico y una decoración con plantas que aporte frescura, así como piedras blancas y velas. No querrás salir…
Sin embargo, ese momento de relax que nos podemos dar de vez en cuando, no es el habitual, sino que las prisas de cada día nos obligan a ser prácticos. Una ducha con suelo antideslizante, en la que podemos incluir una columna de hidromasaje, es la opción más habitual, sobre todo, si en casa hay personas mayores a las que la movilidad se les empieza a poner más complicada.
Tanto para bañeras como para duchas, podemos optar por cortinas -de colores divertidos, transparentes o más clásicas- o por mamparas. Y, aquí, de nuevo, se nos abre todo un mundo de posibilidades. Mamparas que se transforman en espejo, otras de cristal mate para preservar la intimidad del usuario, o un cristal que se tiñe de color gris oscuro, sin descartar, por supuesto, la transparente.
Los azulejos pueden tener un dibujo uniforme o totalmente alocado; jugar con los colores o ser más minimalistas…el consejo de los interioristas es que guarde armonía con el resto de la vivienda.
Tenemos nuestro baño casi completo pero, debemos vestirlo. Juegos de toallas y alfombrillas, coordinados o en total contraste. Esa va a ser la clave para reformar nuestros baños sin necesidad de obra. Un cambio de color en la toalla de manos ya hará que nuestro baño parezca otro.
Pero un baño completo debe ser también un baño ordenado. Es fundamental no llenar la estancia de elementos que no sirvan para nada. Pensemos en un armario, una estantería y un carrito auxiliar como piezas básicas que nos ayudarán a mantener el orden. Los cajones de los muebles también pueden estar ordenados adaptando compartimentos para casa cosa, por ejemplo, con cestas. Si el baño es pequeño, las paredes nos van a dar mucho juego. Cajitas de metal, botes de cristal, cestas…todo nos servirá para mantener el orden que será el primer paso para facilitar la limpieza.
En definitiva, dedica un tiempo a tu baño. Es el lugar que siempre vas a pisar, cada día, y no querrás salir de él pensando que es la peor habitación de tu casa. En el baño buscamos tranquilidad, relax, intimidad…todo tiene que ayudar a encontrarlo. No serán necesarias grandes obras, si no cuidar los pequeños detalles de la decoración para conseguirlo.