Decidirse por un estilo decorativo para tu hogar es una ardua tarea. Nos vamos a encontrar con una serie de problemas desde el momento en que decimos: “Vale, esto es lo que quiero”. Para empezar, no siempre tenemos en cuenta la arquitectura de nuestras estancias. Es decir, algunas opciones decorativas solo encajan con techos muy altos o espacios abiertos con grandes ventanales; mientras que otros encajan mucho mejor en espacios sencillos y reducidos. A esto hay que sumarle que la línea que divide las características de un estilo y otro suele difuminarse porque muchos elementos pueden encajar en más de un estilo, por lo que si queremos proyectar algo con consistencia y mantener una línea decorativa, debemos conocer bien las características de cada uno de los estilos.
Uno de los elementos principales que debemos estudiar en este sentido es la paleta de colores. Podemos entender que la paleta es el resultado final de la estancia, cuando con un simple vistazo se distinguen las cuatro o cinco tonalidades de color principales. Por supuesto, algunas tonalidades pueden repetirse en distintos estilos; pero la idea es que, en el conjunto de todos los elementos, se siga una línea de colores marcada por cada estilo.
EL ESTILO INDUSTRIAL
Es estilo industrial, como su nombre indica, tiene un regusto a fábrica. Nace en Nueva York, en la década de los cincuenta, de la mano de una generación de jóvenes artistas (pintores, escultores, fotógrafos y músicos) que se mudaron a antiguos depósitos o fábricas con techos altos, espacios muy amplios y abiertos y con mucha luz (para poder trabajar). Barrios como Brooklyn o el Soho están llenos de este tipo de construcciones que se conocen popularmente como “Lofts” y, a día de hoy, son de los alojamientos más caros y exquisitos de la ciudad neoyorquina.
Las características principales de este estilo son la desnudez de los materiales: Muros de ladrillo, vigas y tuberías a la vista, suelos y techos de hormigón; cuero, cristal y metal. Por este motivo, los colores principales de este estilo son los que aportan los propios materiales: los tonos terrosos del ladrillo, el marrón de las madera, el cromado de los muebles, el gris del hormigón y los colores de los objetos reutilizados o reciclados.
Si quieres aplicar este estilo en una estancia, ten en cuenta esta paleta de colores. El tono marrón terroso puede provenir de la misma pared (porque es habitual usar ladrillo) o de los muebles; mientras que el marrón oscuro suele deberse al cuero de sillones y sofás (un material muy importante en este estilo). Los tonos grises pueden provenir tanto de una o varias paredes pintadas con esta tonalidad (encaja a la perfección con el ladrillo), como de las tuberías que estén a la vista o el metal utilizado en casi todo el mobiliario. Y por su parte, los tonos amarillos (en ocasiones pueden ser blancos o azules) sirven para dar un tímido toque de color a las estancias.
EL ESTILO MINIMALISTA
El minimalismo, en su ámbito más general, es la tendencia a reducir a lo esencial, a despojar de elementos sobrantes y a simplificar todo a lo mínimo. Cuando hablamos de decoración e interiorismo, el minimalismo está muy unido a la simplicidad y elegancia de las formas, los espacios despejados y los tonos equilibrados. La mezcla aleatoria de colores no es bienvenida en este estilo; de hecho, el color debe ser también reducido a lo mínimo. El blanco es el tono predominante de esta tendencia, combinándolo con el negro en la mayoría de los casos. Aparte, se puede (y debe) alternar con tonos neutros y crudos (grises, hueso, marfil, arena o crema) en el mobiliario y los accesorios.
Este estilo rara vez se reproduce de forma exacta porque la escasez de elementos y colores puede ser agotadora. Se suele combinar con otros estilos, como el nórdico, porque encajan bien con sus formas y diseños pero no se exceden en la búsqueda de lo mínimo. Por otro lado, es un estilo que encaja como un guante en viviendas con arquitectura posmoderna y estilos futuristas. Los tonos blancos, impolutos, combinados con madera clara suelen verse en casas de playa modernas, apartamentos de lujo y estudios o despachos de diseño.
EL ESTILO NÓRDICO
El estilo nórdico nace al inicio del siglo XX en países del norte de Europa como Noruega, Suecia, Finlandia o Dinamarca. Lo que tienen en común estos lugares es que la mayor parte del año apenas hay luz natural y los inviernos son largos y duros. Estos países tienen una concepción diferente en lo que se refiere a pasar tiempo en casa y espacios interiores que los países más mediterráneos. El estilo está marcado por la necesidad de ser luminoso, a la vez que ser cálido y natural para invitar a disfrutar de la casa por encima de todo. Por esto, una de las claves de color principales del estilo nórdico es la combinación de los muebles de madera clara con los lacados blancos y los tonos “nude”, es decir, tonos pastel de diferentes colores.
Como la luminosidad de las estancias es la clave esencial de este estilo, es tendencia utilizar el blanco puro en las paredes; mientras que la madera es la protagonista de los suelos para guardar el calor y dar una tonalidad cálida. Lo mismo ocurrirá con los muebles, para los que se dejan los tonos madera como la paulownia, el haya o el abedul. Sin embargo el color no está descartado; de hecho, es necesario para dar vitalidad al espacio. Éste se añadirá en cojines, mantas, colchas, alfombras, cuadros y accesorios; y si nos vemos atrevidos, en algún sillón o pequeño sofá.
EL ESTILO POP-REVIVAL
El estilo pop revival nace en las décadas de los 50 a 70 y, como ocurría en la sociedad de la época, se reivindican las emociones y sentimientos predominantes a través de los estilos desenfadados, el color y el atrevimiento. Este estilo logra combinar formas y diseños de otras décadas pero con un toque chic y urbanita. Se caracteriza por las ideas pop, las piezas heredadas, los ambientes alegres y las propuestas atrevidas con algún toque retro. Por este motivo, el color es el factor más importante de este estilo. Desde un cuadro de Andy Warhol o un vinilo pop-art que ocupa una pared entera, a un sofá rosa fuerte o amarillo chillón.
Este estilo está repleto de colores, vida y dinamismo. El color se usa de forma desmedida, combinándolo en busca del contraste y resaltando las formas geométricas y las curvas sesenteras. Es un estilo muy característico y poco común, ya que solo encaja con personalidades muy atrevidas.
EL ESTILO VINTAGE
El estilo vintage está marcado por las generaciones pasadas, ya que se basa en utilizar elementos que provienen desde la década de los 20 hasta finales de los 80. El concepto vintage se refiere a “algo antiguo”, es decir, reformado y reutilizado. Puede tratarse de mobiliario, tejidos, cuadros, accesorios de cocina, etc. Este estilo se suele confundir con el concepto de “retro”, pero la diferencia es que el vintage se compone de piezas originales mientras que el retro se basa en muebles y accesorios que han sido fabricados en la actualidad con la inspiración de diseños de épocas anteriores.
La base de color del estilo vintage deben ser los colores claros (especialmente el blanco) y los tonos pastel o crudos. Normalmente no se suelen combinar muchos colores, sino que una sola tonalidad combinada con el blanco es la opción predominante. El color lo determinarán los objetos reciclados o restaurados que se integren en la mobiliario y decoración de la casa. El cobre patinado, el rosa palo o el azul apagado son los tonos más empleados. Por otro lado, la pintura desconchada y los estampados de flores (que podremos encontrar tanto en papeles pintados como en muebles) son los protagonistas de este estilo.
En decoración, este es un estilo que ha ganado bastante popularidad y aunque se puede crear un espacio completamente vintage, es más común usar piezas de estas características en otros estilos decorativos. La clave es mezclar elementos de décadas pasadas e introducir algunos elementos contemporáneos sin abusar de ninguno de los estilos. La combinación de la comodidad de lo moderno con el estilo de lo clásico se adapta a las necesidades actuales y le da funcionalidad a la decoración.
El color es uno de los factores que más diferencia un estilo de otro. Sin color, el pop-revival sería minimalismo. La combinación de estas paletas de colores no es imposible porque siempre se pueden entremezclar estilos. ¿Podemos usar un color chillón típicamente pop en la decoración nórdica? Claro que podemos, pero como ya sabemos, la decoración es un arte preciso, por lo que es necesario actuar con moderación y pensar bien cómo encajarán nuestros elementos con el estilo que queremos desarrollar.
(Imágenes vía Pinterest)