Los peques de la casa tardan muy poco en convertirse en pequeñas personitas con sus propias ideas y su carácter indomable. Y nos guste o no, con la aparición de la adolescencia viene el inevitable cambio de decoración. Porque el diseño de su dormitorio la habíamos elegido nosotros hace años y ahora “es demasiado infantil y encima está pasada de moda”. Ellos necesitan renovarse y crecer. Y a nosotros nos toca hacer de tripas corazón y aguantar el vendaval.
Sin embargo, por mucho que sea su cuarto y su espacio, nosotros sabemos más de decoración (aunque solo sea por viejos), y ellos son demasiado susceptibles de hacer lo primero que vean en Tumblr o Pinterest sin pensar qué encaja mejor con el espacio y qué perspectivas de futuro tiene esa idea, estilo o diseño.
Así que vamos a ponernos manos a la obra y pensar algunas opciones que podemos proponerle. La idea principal es dejarles decidir a ellos mientras nosotros nos quedamos al margen como meros consejeros.
Lo primero que hay que aclarar, es que ya somos todos mayorcitos como para hablar de habitaciones “de chicas” o “de chicos”, “para él” o “para ella”, colores rosas o azules. Todo eso es anticuado y, en muchos casos, traerá problemas a casa. Dejemos que ellos elijan los tonos, diseños y estilos independientemente de si se suponen que están atados a un género u otro.
Es muy habitual elegir diseños preestablecidos para la decoración de los dormitorios juveniles, y es una idea cómoda y a menudo acertada porque es más fácil mantenerlos ordenados y cuidados. Sin embargo, podemos tener problemas cuando queramos hacer cambios porque están tan encajonados que no siempre nos permiten mover elementos. Es algo que debemos tener en cuenta, sobre todo, si esperamos que este dormitorio pueda aguantar más tiempo y ser adaptado a la vida adulta de los adolescentes. Esto se suele identificar también con el tamaño de la cama, aunque por supuesto, no podemos olvidar que la amplitud de la habitación es uno de los factores más decisivos a la hora de decorar. Los adolescentes no pueden tener solo una cama; también necesitan escritorio, armario, estanterías, etc. Por desgracia, no todas las estancias nos permiten hacer lo que queramos y debemos optimizar todo el espacio, así que muchas decisiones decorativas se verán afectadas por esto. En este post vamos a intentar que todos los consejos sean accesibles y aplicables a cualquier tipo de dormitorio.
1 – COLORES Y OTROS DOLORES DE CABEZA
El mundo de los colores juveniles ha debido ser inventado por un daltónico porque si no, no tiene sentido esa multitud de tonos chillones y en ocasiones descombinados o desagradables. Que el azul case bien con el amarillo no significa que tengamos que coger los tonos más azul y más amarillo posibles y ponerlos por toda la habitación. Por favor, tengamos un poco de decoro con este tema. Recordemos que hay tonos claros y pastel, que no hace falta pintar todas las paredes del mismo color y que aunque sea un dormitorio prediseñado podemos elegir algunos cambios (u otro diseño). No nos olvidemos de los blancos y grises porque pueden ser nuestros grandes aliados y ante todo, recordad que la idea es poder entrar en el dormitorio sin las gafas de sol.
En este sentido, los dormitorios que combinan diferentes colores en las paredes suelen funcionar mucho mejor que los dormitorios de un solo color. También es muy interesante jugar con el papel pintado en una única pared, así como los vinilos o las paredes de madera laminada. Una opción que actualmente está marcando tendencia entre los dormitorios juveniles son las paredes de pizarra. Son una opción muy llamativa y dinámica que permite a los adolescentes jugar con la decoración.
2 – FOTOGRAFÍAS, PÓSTERS Y LUCES
Los cuartos de adolescentes, de toda la vida, han estado plagados de pósters y fotos. Aunque en numerosos casos vas a echarte las manos a la cabeza por la elección de estilo de los jóvenes de la casa, no está de más que valores un poco su criterio. A fin de cuentas, un buen póster en el lugar adecuado puede ser un gran símbolo de diseño.
Por supuesto, también puedes aconsejarle cómo usarlos para mantener el estilo de la habitación. Si las paredes tienen papel o algún vinilo, lo más probable es que se abstenga de colocar otros elementos, pero si no, puedes proponerle dedicar una sola pared del dormitorio a estos objetos y enseñarle algunas opciones acertadas para que entienda tu punto de vista.
Lo mismo ocurre con las luces de Navidad, farolillos o bombillitas. Es el fetiche de todos los adolescentes porque quedan muy bien y dan una luz muy agradable para echar el rato con amigos, haciendo deberes o navegando por Internet. Normalmente suelen ser un elemento acertado pero no siempre bien ubicado, así que ayúdales a elegir dónde colocarlos y cómo hacerlo para que no se convierta en un descontrol de cables.
3 – La importancia del espacio
Nos guste o no, los dormitorios son la cueva de los adolescentes. Es el espacio que más usan y podrían vivir únicamente en él con la ayuda de un baño y una cocina. No necesitan más de lo que hay en esa estancia y mientras dure esta etapa, por su salud mental, debemos preocuparnos porque sea lo más amplia, abierta y luminosa posible. Si es una habitación grande, pegar la cama a la pared para dejar más suelo es una opción a tener en cuenta, sobre todo si son camas de matrimonio. Además, recuerda que los somieres bajos dan mayor sensación de amplitud en la estancia.
Sin embargo, si es una habitación pequeña, hay algunos trucos decorativos para optimizar el espacio. Muebles desplegables o camas altas pueden ser la solución. La idea de poner dos elementos en el espacio que ocuparía uno permitirá a los jóvenes tener más amplitud de movimiento y estar más cómodos en su dormitorio.
Ya ha llegado el momento de llamar a los nuevos «casiadultos» de la casa, sentarse juntos y empezar a discutir cómo diseñar la decoración de sus nuevos dormitorios. Es una oportunidad para pasar tiempo en familia y demostrar que les apoyamos en sus decisiones.
(Imágenes Vía Pinterest)