A la hora de comprar o alquilar una nueva vivienda, uno de los aspectos que hoy en día más se tiene en cuenta es el cuarto de baño, y es que en general, la sociedad en la que vivimos dedica mucho tiempo al cuidado personal. Cuándo en una misma casa conviven varias personas, coger turno en el cuarto de baño durante las horas clave puede suponer todo un reto. Muchos hogares cuentan con un segundo cuarto de baño de un menor tamaño, que por funcionalidad, suele ser menos utilizado. Gracias a unos pequeños ajustes podemos conseguir un baño funcional.
Una de las grandes claves de los espacios pequeños es la organización. Si además de pequeño, se encuentra desorganizado, es imposible que consigamos una estancia funcional. A ésta organización hay que sumar el aprovechamiento máximo de todos los rincones.
Por ejemplo, colgar las toallas en ganchos detrás de la puerta o utilizar un toallero plegable que no ocupe cuando no sea utilizado. El uso de organizadores en los cajones hará que podamos acceder a todos nuestros de manera rápida y sencilla, y evitaremos esos cajones desordenados, dónde es imposible encontrar el producto que buscamos.
El plato de ducha siempre ocupará menos espacio que una bañera, por lo que es una regla casi indiscutible.
La utilización de espejos es un truco que puede extrapolarse a cualquier estancia de la casa, consiguiendo aportar a nuestro pequeño baño una sensación mayor de amplitud y de luminosidad. Además, podemos optar por espejos con almacenaje, tras los cuales se esconden pequeñas baldas para colocar pequeños objetos de uso cotidiano. Otra ayuda muy práctica es ayudarnos de los espacios altos para la instalación de estanterías cercanas al techo para colocar los utensilios que menos utilizamos, así conseguiremos tener los espacios más bajos libres y no tendremos que colocar nada en el suelo.