Preparar con esmero una cena para dos, es una de las costumbres que muchos enamorados viven con ilusión en el día de San Valentín. Cuidar tanto el menú como los detalles decorativos de la mesa merece la pena para sorprender a la pareja y compartir con ella una velada muy especial.
Hay quien asegura que es posible “enamorar por el estómago”, o que “panza llena, corazón contento”. De modo que si hacemos caso de estos refranes populares, preparar un menú con alguna de las recetas preferidas de nuestra persona amada, acompañado de un buen vino y cava como digestivo, es una apuesta segura. Sin embargo, si no tenemos tiempo para pasar entre fogones, o lo nuestro no es la cocina, siempre podemos optar por encargar la comida. Y en contrapartida, poner atención a su presentación, añadiéndole pequeñas etiquetas, corazones, o mensajes románticas que hagan más dulce aún la degustación.
Elegir un postre delicioso e irresistible, será la guinda del pastel. Pero si tampoco hemos podido elaborarlo, podemos optar por una composición con bombones, chocolates, o golosinas. El colorido de las chucherías nos dará mucho juego para colocarlas en bandejas, botes o copas, y servirá para acompañar al brindis. Y si el azúcar es un problema, no pasa nada, con frutos rojos como fresas, frambuesas o arándanos, podemos conseguir el mismo efecto.
Pero antes de anticiparnos al final de la noche, unas recomendaciones previas para triunfar con nuestra mesa. La mantelería, vajilla y cristalería, no debe ser las de siempre, las que utilizamos de forma cotidiana. Dirá mucho de nosotros que perdamos unos minutos eligiendo una que utilicemos en ocasiones especiales, para hacer ver que realmente deseamos que sea una cita diferente.
En cuanto al color, como vimos en anteriores artículos, aunque no sean nuestro colores favoritos, por un día escogeremos las tonalidades en rojo, símbolo del amor, rosa y blanco, para ambientar y dar un toque al gusto de Cupido.
Dos imprescindibles en este tipo de decoración, asequibles y con muy buenos resultados, son las flores y las velas. Ambas darán color y aroma al ambiente. No tienen por qué que ser las clásicas rosas rojas, podemos elegir las que más nos gusten y crear un centro de mesa con distintos colores o pequeños ramos en floreros bajos.
Y por supuesto los pétalos no estarán de más para aportar fragancia, ya sea en recipientes o esparcidos sobre la mesa.En cuanto a las velas son perfectas para iluminar esta noche creando un ambiente íntimo y acogedor, siempre teniendo en cuenta la seguridad, usando platillos o portavelas para que no estropeen el mantel o provoquen algún problema inesperado. Así que teniendo en cuenta estos consejos solo resta brindar por un ¡feliz san Valentín para todos!
(Fotos vía milideas.net;decoración.facilisimo.com; Pinterest)