El buró, elegancia y belleza clásica

Se denomina buró o bureau a un escritorio clásico con compartimentos y un tablero pequeño para escribir que se cierra con una puerta abatible. Sus orígenes son muy antiguos, allá por el Renacimiento, solo las clases más acomodadas gozaban de este secreter con el que hacer gala de su posición social y presumir de su belleza.

Porque si por algo se distingue esta pieza es por su elegancia y estilo, que ha mantenido a lo largo del tiempo. Al igual que ha conservado su uso práctico, para escribir y guardar documentos, y principalmente decorativo.

Lo más característico del buró, siempre presente en los modelos más antiguos, es la presencia de pequeños cajones escondidos y compartimentos secretos que le aportan un aire misterioso y remoto. Una forma original de guardar con celo valiosos objetos que se encerraban además bajo llave con distintas tapas en forma arqueada, inclinada o de persiana, según el modelo.

Un majestuoso ejemplo, un buró singular y célebre lo encontramos en el Palacio de Versalles. El Bureau du Roi está situado en el gabinete interior del Rey. El escritorio del monarca en uno de los muebles más importantes de la historia del mobiliario francés. Está ricamente ornamentado y fue fabricado para Luis XV de Francia en los Años 1760.

En la actualidad su uso no está generalizado, pero podemos encontrarlos de muy distintos diseños y a precios muy variados. Y aunque no se pueda negar su clasicismo, puede resultar acertado en contraste y combinado con algún elemento más moderno.

Es perfecto para crear un rincón con encanto, un rincón romántico que se puede adaptar tanto al dormitorio como al salón. Puede servirnos como lugar de trabajo, como tocador o espacio para almacenar, o mejor dicho, esconder pequeños elementos como joyas o fulares.

Aunque su función principal y  original es la de contar con un espacio en el que tener en orden la correspondencia, por lo que el hall o pasillo, también es perfecto para este uso. Además algunos diseños cuentan con puertas en la parte de abajo, que también pueden servirnos para colocar carpetas, archivadores…o elementos que solamos dejar cuando entramos en casa, como llaves, bolsos o zapatos.

Suele quedar muy bien en estilos vintage o coloniales, y dependiendo de donde se sitúe se le pueden añadir complementos sin recargarlo demasiado, como lámparas, jarrones, figuras portarretratos, un espejo o cuadro en su parte superior. Un taburete, para que no nos quite espacio o silla clásica, cerrará la composición.

(Fotos vía Pinterest, decofilia.com, espaciohogar.com, portobellostreet.es, blanch-heritage.es)