Hace algún tiempo, hablamos sobre la infinidad de opciones que nos daba el polifacético palé a la hora de aventurarnos en el mundo del bricolaje.
Desde entonces, el DIY (como se conoce al concepto “hazlo tú mismo/a”), ha sido una moda creciente en el mundo de la decoración. El reciclaje ha afectado a todos los sectores y hemos visto lámparas hechas con botellas de vino, estanterías de cajas de fruta, o incluso sillones hechos con neumáticos de coche.
Lo que empezó siendo una novedad asequible y atractiva para la comunidad de bricomaníacos, se ha convertido en una tendencia. Antes solo se podía ver en pisos de estudiantes y jardines de amantes del DIY. Ahora se han unido bares, cafeterías, tiendas de ropa o incluso hoteles. Parece que vuelve a estar de moda el “grunge”: la madera sin pulir, la pintura desconchada y clavos a la vista.
La única regla es que esté hecho a mano, o al menos que lo parezca. Y eso es lo más curioso de todo. Ya no solo estamos hablando de bricolaje, ahora las tiendas de decoración o los grandes almacenes han empezado a vender muebles y elementos decorativos con estas características.
Lo que al principio consistía en buscar unos palés en desuso en fábricas o mercados y reformarlos, fue progresando hasta comprar palés nuevos (con un precio que ronda entre los 20 y 30 euros), para así asegurar la calidad de la madera y la limpieza del mueble. Sin embargo, hacía falta cierta habilidad con el bricolaje y tiempo libre para construir algo, lo que hacía que estos muebles fuesen poco comunes. Al ser lo “diferente” y “vistoso”, la demanda aumentó y las tiendas empezaron a diseñar mobiliario de estilo reciclado. Ya no tienes que ser un manitas para tener un somier de palés, lo puedes comprar por 149 euros en “Palets Online”. O si prefieres un precioso sofá biplaza, lo puedes conseguir por 219-259 euros en “EcoDeco”. Y si lo que buscas son elementos decorativos, puedes conseguir posavasos de ciprés por 36 euros en “Artilujos”.
Parece ser que lo que nació como una forma de cubrir una necesidad económicamente, ahora es el fetiche de los gurús de decoración. Si el bricolaje es lo tuyo, estás de suerte porque lo que haces está cada vez más revalorizado. Así que saca el martillo y los palés del trastero, porque si te interesa puedes ganar mucho dinero con un poco de imaginación.