Una variada mezcla de culturas e influencias conforman el estilo mexicano. Sus cocinas derrochan alegría, vitalidad y muchos detalles. Pero si algo las diferencia es su colorido: fuerte, arriesgado, dinámico y lleno de contrastes.
Se dice que las tradiciones ancestrales mexicanas tienen que ver con esta costumbre. El colorido de las estancias responde a una manera optimista y alegre de encarar la vida en el carácter mexicano.
Para ello las paredes han de huir de colores neutros y elegir tonos brillantes. Junto a las paredes encaladas el turquesa vivo, el azul intenso, el verde, el amarillo flúor, el rosado fucsia y el rojo mexicano son una apuesta segura.
Los muebles y la composición guardan un aire rústico, en el que predomina la madera y no faltan las vigas en el techo. Pero también tienen cabida los elementos de hierro forjado.
La artesanía, los textiles y la cerámica hacen el resto y llenan de originalidad este estilo acogedor. Todos ellos, utensilios de cocina, canastos, cortinas, tapetes y mantelería, también guardan esa intensidad de colorido con dibujos de animales como elemento ornamental preferido.
Las plantas no faltan en estas cocinas donde la luz del sol llena de energía esta parte de la casa. Ventanas abiertas, alacenas, y muebles sin puertas, son otros elementos diferenciadores. Se trata de una decoración que busca rememorar las raíces, evocar recuerdos, y mostrar el amor por sus antepasados aztecas y por su tierra. Sin embargo, no significa que no haya evolucionado con el paso de los años, y hoy día sea un estilo de moda, particular y popular en todo el mundo.
(Fotos vía decoracioncocina.com; Pinterest; Casinha Colorida; Decoralia.es; decoración.facilismo.com)
