Bien lo dice el refrán “zapatero a tus zapatos”. Si queremos mantener nuestros zapatos en orden, en buenas condiciones sin que se deformen y fácilmente disponibles, lo mejor es buscarles un sitio apropiado, o como vimos en el artículo Misión imposible, cambio de armario, guardarlos en su caja o funda correspondiente.
Pero cuando la familia crece o acumulamos muchos pares porque el calzado es una de nuestras prendas favoritas, el espacio es un gran problema. Botas de agua, deportivas, chanclas, zuecos, tacones…todos son igual de necesarios en un momento determinado, mientras otros necesitamos tenerlos disponibles casi a diario.
Sin olvidar por supuesto los malos olores que desprenden y que pueden impregnar el lugar donde los coloquemos, ya sea en el armario o vestidor. Lo ideal es ponerlos de forma separada, y utilizar algunos trucos como colocar pequeños recipientes con bicarbonato o granos de café, que impedirán la extensión de desagradables aromas.
Todas estas razones convierten al zapatero en una imprescindible, o muy recomendable forma de almacenaje. De hecho su uso se ha extendido tanto en estos últimos años que no tendremos excusa para buscar el que mejor se adapte a nuestras necesidades.
La funcionalidad es la base de todos ellos, y podemos encontrarlos en muy distintos modelos, tamaños, estilo y precios. El zapatero ya no tiene por qué ser relegado a un rincón escondido en lavaderos, trasteros o buhardillas, sino que puede integrarse perfectamente en la decoración del resto del hogar.
Desde más clásicos en madera (nogal, cerezo) a modernos, como los serigrafiados. Podremos buscarle una buena ubicación y sacarles doble partido si los colocamos en la entrada o recibidor, de manera que podamos cambiar nuestro calzado nada más llegar a casa; en el dormitorio, donde normalmente nos vestimos; o en el pasillo, ya que suelen ser estrechos.
Pueden presentarse vertical u horizontalmente, en forma de baúl, con apertura abatible o corredera, y combinados con puertas y cajones. Versátiles y cómodos, con gran capacidad y a la vez estéticos, son sin duda una buena y no excesivamente cara inversión para nuestro hogar.
(Fotos vía Panamar.es)