Si eres amante de la lectura pero no sabes qué hacer con tantos y tantos libros, no te preocupes. Si hace tiempo que te pasaste al e-book y los viejos ejemplares te quitan un valioso espacio, no desesperes. Aquí te damos algunas soluciones.
Puedes sacar provecho utilizando tu colección como elemento decorativo. Con un poco de imaginación conseguirás dar cabida a todos ellos, con cierto orden y además estilo. Tanto antiguos volúmenes como nuestros títulos favoritos darán un toque intelectual, académico, bohemio, o moderno a cualquier estancia de la casa.
En primer lugar lo más recomendable es hacer inventario y clasificarlos antes de su almacenaje. Podemos hacerlo por temáticas o autores para crear nuestra pequeña biblioteca personal si contamos con un espacio adecuado para ello, como una gran librería o una pared en la que podamos colocar estantes.
Si la cantidad es un problema podemos colocarlos verticalmente y de forma doble en dos líneas de libros enfrentadas. En este caso también se aconseja aprovechar al máximo la altura de las paredes y colocar baldas hasta el techo, donde situaremos los libros que menos utilicemos. Y si por el contrario contamos con sitio suficiente para ellos, podemos permitirnos crear formas a nuestro antojo combinándolos con otros objetos, situándolos horizontalmente o levemente inclinados.
Poder leer el título en el lomo siempre será una ayuda, pero otra opción para ordenarlos de forma más decorativa aunque menos funcional a la hora de localizar un ejemplar, es administrarlos por tamaño, color o textura. Dependerá de nosotros y de nuestra imaginación su ubicación, así como de la estancia en cuestión.
Aportarán un toque de colorido en una zona actual, pero también podremos darle la vuelta y dejar a la vista las páginas para aprovechar su color blanco y amarillento dando continuidad a los tonos neutros de una habitación.
Sobra decir que en el estilo vintage es donde mejor encajarán una buena cantidad de libros, pero si contamos con libros de fotografía o grandes ilustraciones también serán bien recibidos en una composición contemporánea. Incluso podremos exponerlos abiertos en alguna estantería dejando que se vea una de nuestras citas o fotografías favoritas.
El libro es fuerza, es valor, es fuerza, es alimento; antorcha del pensamiento y manantial del amor. Rubén Darío.
Crear un rincón de lectura con un sillón cómodo y cerca de una ventana es lo ideal, aunque no siempre es posible por problemas de espacio. Sin embargo, podemos darles protagonismo de una manera útil y práctica, apilándolos en forma de torre, utilizándolos como patas de una mesa, o como base de un estante.
Siempre podemos buscar alternativas para acoger aquellas historias con las que tanto disfrutamos y que en algún momento volveremos a leer de nuevo o aconsejaremos a nuestros hijos o amigos. Dentro de una jaula decorativa, en una chimenea si no la usamos, una vieja maleta o baúl.
Junto a portarretratos, figuras, o jarrones, los libros serán un elemento decorativo más. O por el contrario servirán para dar altura y llamar la atención si los colocamos debajo de un objeto pequeño. Porque fomentar la lectura no está reñido con crear y jugar con sus letras.
(Fotos vía desingsensibility.com y pinterest)